lunes, 4 de octubre de 2010

Coeducación y escuela. Notas de Carmen García Colmenares.


Aquí teneis un anticipo del planteamiento de Carmen García Colmenares para su intervención en las Jornadas de Coeducación.

Carmen participará en la Mesa Redonda: “Formación del profesorado en coeducación. Una asignatura pendiente" el Sábado 16 de octubre a las 11.30


En estos momentos y a pesar de del tiempo trascurrido, nos encontramos con una suerte de ceguera de género que confunde igualdad real con igualdad formal y hace que el profesorado no considere prioritaria la introducción de la perspectiva de género en las aulas. Esta ceguera de género hace que no se tomen medidas pertinentes para eliminar las discriminaciones existentes, como se señala en el informe de 2004 del grupo de especialistas de la Dirección General de Derechos Humanos de la Comisión Europea. Más recientemente, en la Recomendación CM / Rec (2007) 13. Comité de Ministros a los Estados miembros sobre la igualdad entre la mujer y la incorporación de hombres en la educación, se señalan una serie de propuestas encaminadas a un cambio más profundo que afecte a las actitudes del profesorado.

No podemos olvidar que las prácticas en los que está inmerso el aprendizaje tienen un importante peso, y que los contextos donde se desarrollan no son neutrales ni ajenos a la cultura donde se producen. Aprender, por tanto es inseparable de la práctica, de manera que no solamente aprendemos conocimientos sino también un conjunto de prácticas sociales y los valores a los que van asociadas dichas prácticas. Por tanto, habría que analizar y reflexionar como estos avances son recibidos por el alumnado de formación inicial y el profesorado en ejercicio.

Por lo que respecta a las y los estudiantes de magisterio nos encontramos con una serie de resistencias que, en muchos casos, niegan la existencia de desigualdad y la discriminación, a pesar de las llamativas evidencias dentro de sus propias aulas (elección mayoritaria de mujeres de la especialización de infantil, existencia de harén pedagógico en la representatividad en los consejos y claustros, inexistencia de genealogías femeninas,...). En otros casos, aparece el fenómeno de la ventriloquia como señalan las pedagogas feministas, donde las y los estudiantes repiten de manera mimética lo escuchado en el aula, pero que al haber sido asimilado de manera no significativa, no genera reestructuración en el pensamiento y por tanto no produce modificación de actitudes.

Con relación al profesorado en ejercicio una gran mayoría de docentes considera la coinstrucción de los sexos como sinónimo de coeducación , olvidando que el modelo educativo que subyace ( escuela mixta) responde a un modelo masculino generalizado al considerar el ámbito de lo público como prioritario a través de las representaciones en de los textos y materiales, en la ocupación de los espacios escolares, en el lenguaje, dejando que el ámbito privado (domestico) continúe siendo competencia de las mujeres.

Algunas de las propuestas que se plantean guardan relación con la transversalidad de género (mainstreaming ) para que en la formación inicial y continua se incluyan contenidos que permitan reflexionar cómo afectan las creencias , prejuicios y expectativas del profesorado en sus prácticas docentes y qué medidas se deberían emplear para eliminar las desigualdades existentes.

3 comentarios:

  1. A veces pienso que hasta que no haya medidas de discriminación positiva a favor de los hombres en el profesorado será muy dificil transformar la realidad.

    ResponderEliminar
  2. Me gustan mucho tus reflexiones, Carmen. La igualdad real no existe: mentira. A menudo oigo a adolescentes con discursos-espejo de sus profesores (¡y, sobre todo, profesoras!) que confunden igualdad teórica con igualdad práctica o real. Creo que es necesario fomentar la coeducación por medio de interacciones (con expertos, expertas, madres...), las experiencias de vida… pero dentro de una tarea o un proyecto determinado, sin caer en dejar estos temas para “el Día de…”.

    ResponderEliminar
  3. Carmen, comparto plenamente la teoría de la "ventriloquía", yo, hace tiempo que lo llamo "feminismo de salón". Las tripas de la coeducación no se cambian con formatos "luminosos", es un trabajo a machamartillo, diario, agotador a veces, pero solo así se van cambiando clichés. Yo, desde la escuela infantil lo veo con claridad: FAMILIA, ESCUELA: dar la turra en la sala de profes, lupa de género, remover conciencias, alerta en las aulas y la gota malaya con las familias.
    De acuerdo también con la cuota de género para los hombres en infantil y si no vienen se les trae¡¡¡(es broma, ¡o no!)

    ResponderEliminar